¿Acaso esos zapatos que acabas de ver aparecen como publicidad en cualquier otro sitio web? O quizás hablaste de realizar un curso de idiomas, y de la nada en tu perfil de Instagram se publicitan cientos de institutos… ¡Qué miedo! ¿No?
Estas son algunas experiencias que pueden llevar a pensar que las redes sociales leen la mente, que el celular u otros dispositivos nos están espiando. Sin embargo, la realidad habla de estrategias exitosas, algunas a largo pero que al día de hoy hablan de lo maravillosa que puede ser la publicidad en redes sociales.
Retomando lo idea anterior, todo es cuestión de estrategia, crear campañas atractivas, productos que sean de interés o que incentiven a hacer click en un anuncio porque parece interesante.
Es cierto, parece que la publicidad en redes sociales es capaz de leer la mente; pero, si se mira hacia atrás en el tiempo, todo comienza en el momento que se proporcionan ciertos datos.
Por ejemplo: ese registro de Facebook que se completó hace años, las publicaciones likeadas, compartidas o las que ahora guardas en Instagram dicen mucho de los intereses de cada individuo.
El compartir el día a día se ha vuelto una fuente de información infinita para las empresas que poseen perfiles en las redes sociales; dado que, se les ha concedido (en cierto aspecto) permiso para conocer las cosas deseadas.
Toda la información proporcionada a Instagram, Facebook, a Google y otras aplicaciones, trabajan en conjunto con herramientas diseñadas para hacer publicidad en redes sociales. Estas herramientas permiten casi personalizar anuncios publicitarios, en relación a un producto o servicio por el cual se ha mostrado interés.
La publicidad es mostrada a un grupo o segmento que comparte intereses, realizan búsquedas similares o siguen cierto tipo de páginas; la navegación, click, likes y comentarios son los principales indicadores. La realidad es que nosotros, como usuarios le decimos lo que queremos y así la información es utilizada para ofrecer productos y servicios adaptados a cada gusto en particular.
De esta manera, se resume fácilmente cómo la publicidad en redes sociales pareciera adivinar nuestros intereses. No hay magia o alguien espiando detrás por un orificio, es solo un conjunto de estrategias creadas en pro de mejorar la experiencia en redes sociales de cada usuario basada en los gustos del mismo.